Suele pasar que la primera vez que catamos un café lo aborrecemos, pero a medida que vamos probándolo va gustándonos más. Lo mismo pasa con otros aspectos de la vida, como la lectura o el intercambio de ideas. Es cuestión de desarrollar una práctica.
Por ello, el aspecto que más me gusta del café es el subjetivo, el del café como poco menos que ritual, el de su dimensión social. ¿Nos tomamos un café? ¡Cuántas veces lo habremos dicho u oído! El café para levantarnos el ánimo, para ver a un amigo y charlar con él, la excusa para relacionarnos y cambiar impresiones.
Esto es lo que pretendo con este blog. Un espacio para departir con vosotros y compartir ideas e inquietudes. Un rato para tomarnos un café.
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